En los últimos años, la custodia compartida ha ganado protagonismo en el derecho de familia en España. Este modelo de guarda y custodia permite que ambos progenitores continúen ejerciendo sus responsabilidades parentales tras una separación o divorcio, favoreciendo el bienestar del menor. Pero ¿qué significa realmente la custodia compartida? ¿Cómo se concede y qué factores se tienen en cuenta?
En este artículo, analizaremos en detalle qué es la custodia compartida, sus ventajas e inconvenientes, y los criterios que los tribunales emplean para concederla.
¿Qué es la custodia compartida?
La custodia compartida es un régimen de guarda en el que ambos progenitores se reparten de forma equitativa el tiempo de convivencia con sus hijos menores, así como las responsabilidades relativas a su crianza, educación y bienestar. A diferencia de la custodia exclusiva por uno de los padres o custodia monoparental, donde uno de los progenitores asume la mayor parte del cuidado diario del menor, en la compartida ambos participan activamente en su vida.
Este modelo busca minimizar el impacto de la separación en los hijos, garantizando su estabilidad emocional y permitiendo que mantengan una relación equilibrada con ambos progenitores.
Tipos de custodia compartida
Existen distintas formas de organizar la custodia compartida en función del reparto del tiempo con los hijos:
- Custodia alterna: Los hijos residen con cada progenitor por períodos determinados (semanas, quincenas o meses).
- Custodia por días alternos: Se turnan en días concretos dentro de la misma semana.
- Custodia con residencia fija: Los hijos permanecen en la misma vivienda y son los progenitores quienes se alternan.
La elección del modelo dependerá de diversos factores, incluyendo la edad de los hijos, la disponibilidad de los padres y la cercanía de los domicilios.
Ventajas de la custodia compartida
El modelo de custodia compartida tiene diversas ventajas que han llevado a su promoción en los últimos años por parte de los tribunales:
- Mayor estabilidad emocional para el menor: El objetivo principal de este tipo de custodia es garantizar el bienestar del menor. La custodia compartida permite que los hijos mantengan una relación cercana y equilibrada con ambos progenitores, evitando sentimientos de abandono o distanciamiento con uno de ellos.
- Reparto equitativo de las responsabilidades: En este régimen, ambos progenitores comparten la responsabilidad sobre la educación, el cuidado y la atención de los hijos. Esto evita la sobrecarga en un solo progenitor y favorece la implicación activa de ambos en la vida cotidiana del menor.
- Equidad económica: A diferencia de la custodia exclusiva, la compartida reduce la necesidad de establecer pensiones alimenticias elevadas, ya que los gastos del menor son asumidos proporcionalmente por ambos progenitores durante el tiempo en el que estén a su cargo.
- Favorece la cooperación entre los padres: La custodia compartida fomenta la comunicación y el entendimiento entre los progenitores, siempre que exista voluntad por ambas partes. Este factor es determinante para mantener un ambiente estable y saludable para el menor.
Inconvenientes de la custodia compartida
Si bien la custodia compartida presenta numerosas ventajas, también existen aspectos que pueden dificultar su aplicación en ciertos casos:
- Necesidad de buena comunicación entre progenitores: La cooperación es clave. Si hay conflictos constantes, la organización puede volverse difícil.
- Complejidad organizativa: El reparto equitativo del tiempo de convivencia con los hijos puede generar dificultades logísticas, especialmente si los progenitores residen en ciudades distintas o tienen horarios laborales incompatibles.
- Adaptación del menor: Algunos menores pueden experimentar dificultades en la adaptación a un sistema de vida dividido entre dos hogares. La inestabilidad puede ser un problema si los progenitores no establecen una rutina clara y estructurada.
- Coste económico: Si bien la custodia compartida permite un reparto equitativo de los gastos, también implica que ambos progenitores cuenten con viviendas adecuadas para la estancia de los hijos, lo que puede suponer un coste adicional.
¿Cómo se decide la custodia compartida?
La custodia compartida puede ser acordada de mutuo acuerdo entre los progenitores o impuesta por el juez en caso de desacuerdo:
Acuerdo entre los progenitores
Lo ideal es que los padres lleguen a un acuerdo voluntario, que se reflejará en un convenio regulador. Este documento deberá ser aprobado por el juez para garantizar que protege el interés del menor (artículo 92.5 del Código Civil).
Decisión judicial
Si no hay acuerdo, el juez decidirá si la custodia compartida es la mejor opción basándose en los siguientes criterios (artículo 92.6 del Código Civil):
- Informe del Ministerio Fiscal: El juez debe solicitar un informe del Ministerio Fiscal para valorar si la custodia compartida es lo más beneficioso para el menor. Aunque este informe no es vinculante, suele ser tenido en cuenta en la resolución judicial.
- Relación entre los progenitores: Los jueces valorarán la capacidad de los progenitores para mantener una relación fluida y cooperativa en lo referente a la crianza de sus hijos. Si existe un conflicto grave, la custodia compartida puede ser desaconsejada.
- Vinculación afectiva con los hijos: La implicación de cada progenitor en la vida del menor antes de la separación es un criterio determinante. Si uno de los progenitores ha estado ausente de manera significativa, el juez podría no considerar viable la custodia compartida.
- Proximidad de los domicilios: Para facilitar la estabilidad del menor, es conveniente que ambos progenitores residan cerca, lo que permite que los hijos mantengan la misma escuela y entorno social.
- Disponibilidad horaria de los progenitores: Se evaluará la posibilidad real de cada progenitor de atender a los hijos, teniendo en cuenta horarios laborales y otras responsabilidades.
- Capacidad económica y habitacional: El juez analizará si cada progenitor dispone de los recursos económicos y de un entorno adecuado para garantizar el bienestar del menor.
- Ausencia de violencia o malos tratos: Si existe cualquier indicio de violencia de género o maltrato, tanto hacia el menor como hacia el otro progenitor, la custodia compartida será descartada, priorizando la seguridad del niño.
- Opinión del menor: Cuando el menor tiene suficiente madurez, su opinión será tenida en cuenta.
- Informe psicosocial: El juez puede solicitar una evaluación psicosocial a los progenitores y al menor para determinar cuál es la mejor opción en términos de estabilidad emocional y desarrollo del niño.
En conclusión, la custodia compartida es un modelo que favorece la estabilidad emocional y el desarrollo equilibrado del menor, siempre que se den las condiciones adecuadas. Su aplicación depende de una evaluación detallada de la situación familiar y las circunstancias personales de cada progenitor. En última instancia, la decisión judicial buscará siempre proteger el interés superior del menor.
Si estás en un proceso de separación y te planteas la custodia compartida, lo recomendable es contar con asesoramiento legal especializado.